Juan ‪2,13-25 | Comentario:

Algo que siempre debemos tener en cuenta cuando nos acercamos a un texto del Evangelio es que debemos tratar de entenderlo como parte del conjunto. Los hechos narrados están vinculados unos con otros y leídos en su contexto más amplio nos dan una imagen más clara del mensaje que Jesús ha querido transmitirnos. Un ejemplo es la narración de hoy, que aparece muy temprano en el Evangelio de Juan, en el capítulo 2, y que sin embargo parece estar vinculada directamente con la decisión final de los líderes religiosos por matar a Jesús.

La cruz de Jesús debe ser entendida como vinculada con la manera de vivir de Jesús, la coherencia entre su palabra y sus obras. Jesús critica el sistema del culto en el Templo, que ha convertido de la adoración a Dios solo un comercio más y Jesús combate eso, en lo que cayeron sus contemporáneos y en lo que podemos caer nosotros también. “Sacrificios no quiero, sino Misericordia”, decían los profetas del Antiguo Testamento. Preguntémonos si Jesús se indignaría hoy también con nuestra manera de rendir culto a Dios, si el culto a Dios nos aleja del prójimo, la presencia más clara de Dios en nuestras vidas.

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