Mateo ‪18,21-35 | Comentario:

En el Libro del Éxodo que hemos leído el pasado domingo en la primera lectura Dios dice que para aquellos que lo aman él tendrá misericordia hasta la milésima generación. Es decir que la misericordia de Dios siempre está abierta hacia nosotros. Dios está dispuesto a perdonarnos siempre. Y espera que nosotros tengamos la misma disposición, que nosotros también seamos capaces de perdonar siempre. No es fácil. Jesús no dice que sea fácil, es más la historia de hoy nos muestra que es justamente difícil hacerlo y que a veces nos ganan nuestros deseos personales y nos olvidamos que también a nosotros se nos ha perdonado.

La imagen del hombre que suplica perdón y al obtenerlo se olvida de conceder perdón a otros, es dura, pero nos habla de lo que nosotros también podemos experimentar. Sin embargo hoy se nos recuerda que la posibilidad de ser perdonados está vinculada directamente con nuestra propia capacidad de perdonar. No estamos solos en el mundo y nuestra relación con Dios pasa también por cómo nos relacionamos con los demás.

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