Mateo 28,8-15 | Comentario:
Son las mujeres las primeras testigos de Jesús Resucitado. Ellas son las que estuvieron al pie de la cruz cuando el resto de discípulos huyeron atemorizados. Ellas son las primeras que van a visitarlo al amanecer. Y ellas son las primeras que lo ven. “Alégrense”, les dice Jesús. Porque la Resurrección es razón de alegría. La muerte no venció ni tuvo la última palabra. La vida prevalece sobre la muerte, sobre la cruz. Por eso hoy es razón para que nosotros también estemos alegres.
El gesto de aparecerse a las mujeres antes que al resto de discípulos no debe ser pasado de lado, quedando solo como anécdota. Se trata más bien de una actitud constante en la vida de Jesús. El supo darle a las mujeres el lugar que les correspondía, un lugar de igualdad junto a los varones. En el grupo de Jesús no había jerarquías, todos eran discípulos, hombres y mujeres. Ojalá que nosotros podamos hacer esto presente también en nuestra vida diaria de cristianos, hacer de nuestra comunidad cristiana una comunidad de iguales en el seguimiento de Jesús.