Juan 19,31-37 | Comentario:
El Evangelio de hoy nos muestra un momento muy duro cuando los soldados se dan cuenta de que Jesús ya está muerto. La lectura de la pasión de Jesús siempre nos remite a la entrega plena de Jesús por nosotros, por amor a nosotros. Ello nos remite directamente a la fiesta que celebramos hoy, el Sagrado Corazón de Jesús, ese corazón que alberga un infinito amor, aquel amor que es capaz de dar la vida por sus amigos.
Jesús es la plena revelación de Dios. En Jesús Dios se expresa al mundo, a la humanidad. El corazón de Jesús es la manifestación plena del amor de Dios, ese amor desbordante que se nos regala en la creación, en nuestras vidas, en nuestro día a día, en Jesucristo y en su espíritu que acompaña y alimenta la Iglesia. Eso es lo que celebramos hoy, que Dios se nos regala, se nos da en un amor desbordante, ese amor que se aloja en el corazón de Jesús.