Marcos 12,28b-34 | Comentario:
¿Qué es lo primero que pensamos cuando escuchamos hablar de los mandamientos? ¿Cómo experimentamos los mandamientos en nuestras vidas? ¿Son acaso los mandamientos razones para sentirnos atados a obligaciones que tenemos que cumplir o por el contrario los vivimos como medios que nos ayudan a vivir nuestra relación con Dios con mucha más libertad? Los mandamientos nos han sido dados por Dios, como muestra de su amor, de su deseo de establecer una alianza con nosotros.
Ese es el sentido más profundo de los mandamientos. Por eso Jesús los sintetiza en el amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a uno mismo. No se trata de obsesionarse con una lista de obligaciones a cumplir, sino se trata de amar, de amar a Dios por encima de nosotros mismos y a reconocer a Dios presente en el otro, en el prójimo, en el que está cerca de mí, sobre todo en aquel que es diferente a mí, en aquel que sufre alguna marginación o maltrato. Seremos fieles a los mandamientos cuando seamos fieles a Dios presente en los demás.