Lucas 16,19-31 | Comentario:
El texto que nos muestra el Evangelio de hoy es un texto que tiene mucha fuerza en las imágenes. Podríamos cerrar los ojos e imaginarnos las escenas que se nos cuentan como si viéramos una película. Pero la fuerza no está solo en las imágenes, sino en el mensaje que se nos transmite, un mensaje que se puede confundir si solo nos centramos en la oposición entre el rico y el pobre. El énfasis no está puesto solo en el rico, sino sobre todo en la manera de vivir del rico.
Lo que se resalta es que el hombre rico se vestía con las ropas más finas y daba espléndidos banquetes. Sin embargo no hizo nada para cambiar la suerte del pobre Lázaro, que cubierto de llagas, ansiaba comer lo que caía de la mesa del rico. Ansiaba comer quiere decir que ni siquiera comía de las sobras, sino que ese era su deseo. El problema del rico no es ser rico, sino ser ciego a las necesidades de los pobres que están a su alrededor. Preguntémonos de qué manera nosotros somos indiferentes a las necesidades de aquellos que nos rodean y qué podemos hacer para cambiarlo.