Marcos ‪3,22-30 | Comentario:

Desde el inicio de la misión de Jesús de proclamar la venida del Reino de Dios con palabras y hechos, vemos cómo hay gente que lo sigue, que empieza a creer en lo que dice, y vemos también cómo hay gente que empieza a cuestionarlo. El camino de Jesús no será fácil, aquellos que se supone que son los hombres de Dios, lo criticarán, lo atacarán y terminarán por condenarlo a morir en la cruz.

El Evangelio de hoy nos muestra cómo los escribas llegaron al extremo de decir que lo que Jesús hacía lo hacía porque estaba poseído por un espíritu impuro. Jesús les demuestra con un razonamiento lógico digno de un filósofo griego, por qué es imposible que Jesús haga el bien si lo que busca es el mal. Y luego les deja en claro el peligro de no reconocer la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Nosotros estamos invitados también a no mirar con sospechas, sino a dejarnos sorprender por lo que el Espíritu de Dios puede hacer en nuestras vidas.

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