Marcos 9,2-13 | Comentario:
El momento de la Transfiguración es un momento fundamental en la vida de Jesús y lo es también para sus discípulos. Jesús vive un momento de profundo encuentro con Dios. “Este es mi hijo amado”, son las palabras que los discípulos escuchan. Son las mismas palabras que se escuchan el día del Bautismo de Jesús. Jesús es confirmado en su misión, pero es sobre todo confirmado en su íntima relación con el Padre, una relación que se manifiesta y se abre a los discípulos presentes en ese momento.
La intimidad de Jesús con el Padre no es algo esotérico o que se queda en lo “misterioso”. No deja de ser un misterio y no se puede pretender comprenderlo del todo. Pero esta intimidad es compartida por Jesús con sus discípulos. Los seguidores de Jesús participan de esta intimidad profunda. Seguir a Jesús es para nosotros una invitación a participar de la intimidad profunda de Jesús con el Padre, hacia quien él nos dirige.