Jn 1,29-34 | Comentario:
“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Estas palabras las escuchamos cada domingo después de la consagración del pan y vino en cuerpo y sangre de Cristo. Estas palabras nos hablan de un momento clave en la Eucaristía, es el tiempo previo antes de recibir la comunión, antes de recibir a Jesús. Estas palabras nos vienen del Evangelio de hoy en el que Juan el Bautista les señala a sus discípulos quién es Jesús. Es lo mismo que hace el sacerdote, muestra al Cordero, muestra a Jesús, hacia quien deben dirigirse todas nuestras miradas.
Las palabras del Bautista no hacen más que señalar hacia Jesús, aquel para quien había preparado el camino. El Bautista no llama la atención sobre sí. Nosotros tampoco debemos hacerlo. Debemos ayudar a que otros también dirijan su mirada hacia Jesús, el Cordero de Dios.