Juan 8,31-42 | Comentario:
“La Verdad los hará Libres”. Seguramente en más de una ocasión hemos escuchado esta expresión. Y a veces de tanto escucharla ya no nos detenemos a reflexionar en qué nos quiere decir. Y si leemos el Evangelio de hoy con atención, podemos reflexionar también sobre la reacción de quienes oyen a Jesús. “Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie”. Jesús nos invita, tal como lo hizo con sus contemporáneos, a replantearnos qué entendemos por libertad y cómo experimentamos la libertad en nuestras vidas.
Mientras que los judíos del Evangelio de hoy reaccionan porque sienten que su libertad nunca ha sido puesta en cuestión, Jesús los invita a desplazarse de su zona de confort, Jesús les invita a ver qué cuando nos negamos a nosotros mismos, cuando negamos nuestra humanidad en nosotros y en los otros, pecamos y al hacerlo dejamos de ser libres, porque nuestra libertad está en relación directa con la verdad en nuestras vidas, con el hecho de ser auténticos seres humanos y ello solo lo podemos lograr en comunión con Dios, comunión que se nos es ofrecida por Jesús y en Jesús.