Mateo 5,20-26 | Comentario:
La Cuaresma es un tiempo de ayuno y penitencia. Eso lo sabemos todos. Pero el ayuno y la penitencia van acompañadas de la oración. La Cuaresma es también un tiempo para acrecentar nuestra relación más íntima y personal que se expresa en nuestra oración. Pero todo ello, el ayuno, la penitencia y la oración no pueden estar desligadas de la justicia, de nuestro deseo de vivir de manera justa en un mundo en el que prima la injusticia.
Jesús espera de nosotros una justicia superior que la de los conocedores de la ley. No hay ofrenda frente al altar que valga más que la reconciliación con nuestros hermanos. Ser verdaderos cristianos es tratar de vivir la justicia en todas las esferas de nuestras vidas. Eso es lo que debemos tratar de hacer en este tiempo de Cuaresma.