Marcos 1,21b-28 | Comentario:
A lo largo del texto del Evangelio de hoy se nos dice que Jesús enseñaba con autoridad. Jesús no hablaba como los demás, cuando tomaba la palabra y enseñaba lo hacía con autoridad, la autoridad que da el trato familiar e íntimo con Dios. Jesús no enseñaba como los escribas, aquellos que ponían fardos pesados en los demás. Jesús no decía cosas que no hacía. Jesús vive según lo que dice, ello es lo que finalmente lo llevará a la muerte en cruz, la coherencia de sus acciones y sus palabras.
Pero Jesús no solo enseña, también cura y expulsa espíritus impuros. El mal espíritu reconoce cuando Jesús actúa en nuestras vidas. Jesús es el Santo de Dios, es a quien seguimos, es quien nos cura y quien nos enseña. Que siempre podamos reconocer que El es el Santo de Dios en nuestras vidas y que siempre podamos admirarnos y sorprendernos de sus enseñanzas.