Marcos ‪11,27-33‬‬ | Comentario:

Los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, los hombres religiosos, los hombres de bien, los representantes de lo de Dios, son los que se acercan a Jesús a tratar de confundirlo, a tratar de hacerle una trampa y le reclaman. Para ellos Jesús no tiene autoridad porque se creen poseedores de toda autoridad, porque se creen poseedores de la verdad, se creen poseedores de Dios.

Pero Jesús no cae en la trampa. Jesús les responde en los mismos términos. Jesús no busca la confrontación todo el tiempo, es más al final de su vida, incluso decide no hablar ni responder a las amenazas, pero en estos momentos sí confronta, de manera sutil, les muestra lo incoherentes que pueden ser con sus afirmaciones. Jesús no se calla, pero tampoco se defiende ofendiendo. Jesús es manso, pero también es listo. Y así es como los cristianos deberíamos actuar, siendo pacientes en ocasiones, sin responder ofensas con ofensas, pero también listos para responder cuando haya que hacerlo y confrontar cuando sea necesario, a nosotros mismos y a los demás.

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