Marcos ‪7,31-37 | Comentario:

“Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. De esta manera se extiende la fama de Jesús. Esta expresión es además comprendida por quienes la escuchan como un signo de su ser profeta, un signo de la presencia de Dios en él. Jesús no es un hombre cualquiera y la gente que lo rodea y quienes escuchan hablar de él se dan cuenta de ello. Jesús hace cosas que otros no hacen. Y cuando hace cosas que otros hacen, las hace de una manera nueva, distinta.

El relato de la manera en la que Jesús cura al sordomudo está cargado de gestos simbólicos, de gestos que concluyen con una mirada al cielo, que nos remiten a esa conexión profunda entre Jesús y su Padre. Lo que Jesús hace lo hace en comunión con el Padre y gracias al Padre.

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