Marcos ‪4,26-34‬‬‬‬‬‬‬ | Comentario:

El autor del Evangelio de Marcos nos dice hoy que no les hablaba a sus discípulos sino en parábolas. Este era el lenguaje que utilizaba Jesús para dirigirse a sus amigos. Les planteaba historias con las que ellos podían relacionarse, historias cercanas a sus propias vidas, historias abiertas que ellos podían hacer suyas y a las que podían añadir sus propios elementos y hasta su propio final. Nuestras vidas finalmente no son más que parábolas, historias abiertas en las que nos toca a nosotros poner nuestros elementos y trabajar por un final feliz, porque lo que Dios quiere de nosotros es que seamos felices.

Y lo que nos da felicidad es el Reino de Dios, la promesa de Dios, esa promesa que acompaña nuestras vidas y por cuya construcción nosotros también trabajamos como el sembrador que siembre la semilla y cuando menos se lo espera ya dio fruto y el fruto supera nuestras propias expectativas. Nuestras vidas también son como esta semilla que nos sorprende y que crece sostenida en el amor de Dios.

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