Mateo ‪28,16-20‬‬‬ | Comentario:

El teólogo jesuita Karl Rahner solía decir que los cristianos nos olvidamos que creemos en un Dios trinitario. Y su afirmación, hecha a mediados del siglo pasado sigue siendo actual hoy en día. Los cristianos no siempre tenemos en claro que el Dios de Jesús, el Dios que profesamos es trinitario. La Trinidad es un misterio difícil de explicar y quizás no se trata de explicar, sino de vivir la experiencia trinitaria.

Eso es lo que los primeros discípulos hicieron, vivieron la experiencia de la Trinidad y la compartieron con los demás, ellos experimentaron a Dios trino, a Dios Padre al que nos conduce el Hijo, el Hijo que nos dejó su Espíritu, presente hoy en nuestras vidas, en nuestras comunidades, en nuestro mundo. Es el Espíritu del Hijo que nos conduce al Padre, es el Espíritu del Hijo que nos acompaña, que nos consuela, que nos desafía, que nos inspira, y que nos permite comunicarnos con Dios, que nos permite acoger lo que Dios nos comunica. Dios trino es relación y nosotros formamos parte de esa relación con Dios. Es un misterio, difícil de explicar, pero no tan difícil de experimentar.

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