Marcos ‪2,1-12 | Comentario:

La narración de la curación del paralítico que nos trae el Evangelio de hoy tiene una característica muy peculiar. Jesús está en un lugar repleto de gente y los que conducen al paralítico hacen todo lo posible para ponerlo frente a Jesús con la esperanza de que lo cure. El Evangelio es claro. Lo que Jesús ve en primer lugar es la “fe de esos hombres”. No se nos dice nada del paralítico, no se nos dice si él quiere curarse o si él dice algo al respecto. Pero es la fe de los amigos del paralítico lo que hace que Jesús decida curarlo. Es la fe de los amigos, la fe de la comunidad. Nosotros no vamos solos por el mundo, vamos caminando con otros. Y es así como seguimos a Jesús, junto a otros.

Otro aspecto importante es el vínculo entre el perdón de los pecados y la curación. Jesús ve más allá de lo que parece evidente. Jesús no solo es un curandero, Jesús viene a salvarnos del pecado, a liberarnos de la esclavitud, por eso perdona nuestros pecados, nos invita a vivir de una manera renovada nuestra relación con Dios.

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