Marcos 8,1-10 | Comentario:
En distintos momentos del Evangelio de Marcos nos vamos a encontrar con que el autor nos muestra a un Jesús con sentimientos, a un Jesús que actúa de acuerdo a sus sentimientos, a un Jesús con una personalidad llena de pequeños matices. A veces mira con amor, a veces se indigna y a veces tiene compasión, como en el relato del texto de hoy.
Jesús tiene compasión de la gente que lo seguía, de la gran multitud que ha venido de lejos a escucharle. Jesús ve la necesidad de la gente, es sensible a ello y trata de responder a ello, no de una manera abstracta, no con discursos, sino con hechos concretos. Ellos tienen hambre, pues hay que darles de comer. Y eso es lo que hace, le da de comer a aquel que tiene hambre. Y lo hace contando con la participación de todos y de una manera inesperada, como Dios actúa en nuestras vidas, con nuestra participación y al mismo tiempo de manera sorpresiva.
